11 pasos para el cuidado personal, para líderes que apenas pueden seguir

Por Rev. Karl Vaters

Últimamente es difícil recordar qué día es. Sin las marcas usuales uno se pierde en la confusión emocional. Pierdo mi sueño y con este se va mi habilidad de pensar y liderar con claridad. Entonces, ¿cómo nos podemos mantener estables y sanos en medio de tanta incertidumbre? 

A continuación, hay algunas ideas que podrían ayudar a pastores y líderes en estos momentos.

  1. Háblate a ti mismo de la manera que le hablas a los demás

Si un amigo o un miembro de la iglesia se te acerca para decirte que están molestos con ellos mismos por no funcionar a su máxima potencia durante la crisis, ¿qué le dirías? ¿Qué se olvide? ¿Qué trabaje más duro? ¿Qué pare de quejarse porque las personas están dependiendo de él? Espero que no. Yo esperaría que seas sensible con ellos, tratando de aliviar el sentido de culpa que tienen. Tú serías empático con su necesidad de descanso emocional, físico, mental y espiritual. Esa es una buena recomendación. Necesitamos hablarnos de la misma manera. Predícate el evangelio a ti mismo, Dios es suficiente.

  1. Se vulnerable

No hay nada de malo en dejarle saber a las personas que lideras cómo te sientes. “¿Pero no tendrán menos respeto por mí si saben mis debilidades?”. No, a menos de que esté en un ambiente totalmente tóxico. Las probabilidades son, que tus grietas ya se estén viendo por las personas que te conocen mejor, aun a través de llamadas por video. Ser honesto acerca de tus dificultades en ves de tratar de esconderlas, puede resultar en un grande alivio tanto para ti como para ellos. Es difícil de creer que estamos juntos en estas dificultades cuando el líder parece ser invisible, o pero aun, cuando obviamente no eres invisible, pero actúas como si lo fueras.

  1. Abraza las verdades profundas

Siempre hay dos verdades que corren paralelas, especialmente en momentos como estos. Verdades inmediatas: me siento confundido, enojado, adolorido, o con temor. Verdades profundas: sé que Dios es más grande que mis emociones y tengo fe de que él nos va a ayudar a perseverar. Las dos son verdades. Aunque las verdades inmediatas son más obvias, las verdades profundas son más reales (tienen peso mayor). Necesitamos reconocer las verdades inmediatas, pero necesitamos abrazar también las verdades profundas. “Me siento derrotado ahora mismo, pero sé que Dios puede”. “Mi mente esta en confusión, pero mi corazón seguirá a Jesús”. “Esto da miedo, pero más grande es aquel que está en nosotros, que aquel que está en el mundo.”

  1. Recibe ayuda de los demás

Los pastores hacen muchas cosas a solas. Esto tiene que cambiar, y no hay mejor tiempo para hacer un cambio que ahora. Ahora, más que nunca, las personas entienden sus propias limitaciones y las de los demás. Puedes buscar ayuda de tus amigos, familia y miembros de la iglesia. Es esencial.

  1. Invierte en relaciones personales

Hay un énfasis bien grande en la tecnología ahora mismo, lo que es entendible. Pero mientras más nos movemos a lo virtual, más valor tendrá el toque personal. Aun cuando el toque no pueda ser físico, importa más que nunca que sea personal. Las preguntas ¿Cómo estás? y ¿Cómo puedo ayudar? Son vitales, al igual que un periodo extendido para hablar, orar y llorar.

  1. Mantente físicamente activo

Busca una rutina de ejercicios en la internet con la cual te sientas bien. Camina en los alrededores de tu casa, y si no puedes en los alrededores, camina dentro de tu casa. No estés mucho tiempo sentado, o acostado. Come saludable, vigila tu dieta.

  1. Descansa mucho

Vigilia tu ciclo de dormir. ¿me estoy acostando muy tarde y despertando muy temprano? O viceversa. Busca un momento para tener una siesta de 10-15 minutos, si no puedes dormir por la noche. Si no puedes tomar una siesta, cierra los ojos y descansa. Todos estamos pasando por trauma ahora, y el trauma demanda descanso.

  1. Practica disciplinas espirituales fuera de la práctica para el sermón

Ora, lee la Biblia, piensa. No para preparar un sermón, sino, para estar con Dios.

  1. Busca ayuda profesional

En momentos severos, quizás necesites buscar ayuda de afuera. Un mentor, entrenador, consultante financiero, terapista, o alguien que tenga más entrenamiento que tú.

  1. Escríbelo todo

No hay manera mas fácil de salir de la confusión que escribir todo lo que piensas, sientes y lo que te imaginas. Aun cuando no encuentres soluciones, escribe. La acción de convertir esas cosas etéreas a algo más táctil a través de nuestras manos nos puede ayudar a aclarar la neblina en nuestra mente. También te ayudará a mantener un record de tus pensamientos, emociones, y acciones a través de los próximos días.

  1. Diviértete

Si estás en cuarentena con otras personas, busca un rompecabezas, juegos de mesa o de video. Ríete. No seas serio todo el tiempo, el gozo y la alegría son regalo de Dios, ábrelos y juega con ellos.

Artículo escrito por el Rev. Karl Vaters en https://www.christianitytoday.com/karl-vaters/2020/april/self-care-barely-holding-on.html?paging=off / Traducción por Samuel J. Gómez González